El mismo día en que los argentinos, a través del censo, se miraban a sí mismos para vislumbrar el futuro, el ex presidente Néstor Kirchner entraba por destino en su propia inmortalidad. Murió el guerrero, quedó su obra. Nada sería igual porque su entrega a una causa a la que ofrendó su propia vida, hizo que, pese a la irreparable pérdida, el duro golpe resulte aleccionador.
En nombre de esa lucha, el gobierno en las manos firmes de Cristina profundizó su cometido. Esperamos que en respeto al legado del contendiente político y por su leal batallar, la oposición seguramente revertirá su accionar y variará su estrategia de confrontación sin horizonte.
Los medios de comunicación, identificados por la unívoca defensa de sus propios intereses, no replantearon siquiera su propia razón de ser para no profundizar su descrédito.
Aún duele, llora el alma de su pueblo, sigue conmovido el Bicentenario aun cercano, tristeza anidada en el corazón de un capítulo abierto por Néstor Kirchner que, pese a todo, hoy retomamos para seguir inalterable en las manos de Alberto Fernández, porque ése también es su mandato por una Argentina libre, justa y productiva.
Confederación General de la Industria de la República Argentina
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 26 de octubre de 2020
Mario Derch
Presidente
Juan Manuel Suffloni
Secretario
Mariano Marini
Tesorero